Dónde comenzar para describir el asombroso, conmovedor y grandioso día que vivimos ayer, al presenciar cómo Cole Brauer escribía una página en la historia de la vela, navegando hacia A Coruña en su Class40, acertadamente bautizado “First Light”, justo en el momento en que la oscuridad se desvanecía para dar lugar a un glorioso día lleno de celebraciones.
Alrededor de las 2 de la madrugada, Cole había informado a la organización de que tenía la intención de reducir la velocidad lo suficiente como para sincronizar su llegada con el amanecer. Inicialmente se esperaba que cruzara la línea de llegada alrededor de las 4:30, pero finalmente lo hizo a las 8:23 hora local, después de 130 días, 2 horas y 45 minutos. Este es el tiempo más rápido conocido para una circunnavegación en solitario en un barco de 40 pies, el cual puede ser ratificado o no como un récord oficial, pero que, de cualquier manera, supera el tiempo de referencia establecido por Guo Chuan en 2016.
A las 5:00 ya estábamos listos para salir en nuestra neumática con dos fotógrafos y dos invitados especiales, Philippe Delamare, quién ganó el Global Solo Challenge el 24 de febrero, y Dafydd Hughes, el primero en comenzar la circunnavegación en el Global Solo Challenge el 26 de agosto y quien fue uno de los protagonistas de la primera mitad del evento, con sus alegres y divertidos blogs. Lamentablemente, decidió retirarse en Hobart debido a problemas con el piloto automático, pero habiendo ganado gran admiración de muchos, ya que navegaba a bordo del barco más pequeño, más lento y más antiguo de la flota y no hay que desestimar su gran logro, haber navegado alrededor de medio mundo.
Tras navegar junto a la emblemática Torre de Hércules, nos esforzamos por discernir cuál de las débiles luces en el horizonte pertenecía al barco de Cole, en una noche oscura sin luna. El momento en que finalmente establecimos contacto visual fue profundamente emocionante; mi corazón dio un vuelco, evocando la misma sensación que experimenté al avistar el casco naranja de Philippe Delamare desafiando imponentes olas hace poco más de una semana.
Las condiciones resultaron ser perfectas: el estado del mar era manejable y el viento soplaba con fuerza moderada, oscilando entre los 15 y algo más de 20 nudos en las rachas. Esta intensidad era suficiente para agitar las breves y revueltas olas, provocadas por los vientos del sureste, haciendo que la navegación fuese notablemente movida. Esta situación añadía un reto extra, convirtiendo la transmisión en directo en las redes sociales en algo más que meramente inestable y complicando significativamente los intentos de hacer fotografías.
A medida que Cole se acercaba a la bahía, las cosas mejoraron y el momento en que encendió sus bengalas para cruzar la línea de llegada quedará grabado en la historia. Los momentos después de atracar en Marina Coruña fueron un torbellino de alegría, lágrimas y emociones. La navegación en solitario en alta mar es un deporte de gran deportividad y camaradería y Philippe Delamare había volado desde Francia para estar allí por Cole; la misma tradición existe en el Vendée Globe.
El vínculo que estos navegantes han formado, directa o indirectamente a través de su circunnavegación, perdurará de por vida, tanto es así que un navegante, cuyo nombre lamentablemente ahora olvido, cuando se le preguntó por qué navegaba en solitario, respondió: “Lo hago para hacer grandes amigos”. Philippe Delamare, visiblemente conmovido, fue quien entregó a Cole Brauer el trofeo del Global Solo Challenge, para luego abrazar a la patrona estadounidense.
Finalmente, toda la tensión se liberó en un jubileo de celebraciones cuando Cole destapó un magnum de champán en el muelle, generando una explosión de alegría y felicidad que afectó a todos aquellos que habían acudido a Marina Coruña para darle la bienvenida.
En cuestión de horas, la mayoría de los medios de comunicación estadounidenses se habían activado: ABC News, NBC News, CBS News, New York Daily News, New York Post, Fox News y muchos más, junto con la prensa local y todas las páginas web especializadas en vela en Europa y en todo el mundo, comenzaron a cubrir la historia. Este fue precisamente el momento en que todos los esfuerzos de Cole convergieron, y estamos convencidos de que esto es solo el comienzo.
Ya se ha escrito tanto sobre Cole en tan solo 24 horas que el riesgo de repetir lo que ya has leído es alto. Por eso, quiero ofrecer una perspectiva diferente y proporcionar una visión sobre lo que el futuro podría depararle.
Cole ya ha declarado su intención de iniciar su campaña para competir en la Vendée Globe de 2028 y, como bromeó Philippe Delamare, “cuando ella esté en la línea de salida del Vendée Globe, podré ir diciéndole a todo el mundo que la conozco. ¡Fui él que le entregó el trofeo en el Global Solo Challenge!”
En un artículo escrito justo antes de su llegada, expliqué las muchas razones que me llevan a estar bastante seguro de que lo conseguirá. Hoy en día, la navegación oceánica en solitario, a nivel de la élite profesional, requiere una gran variedad de habilidades y creo firmemente que Cole cumple con todos los requisitos para dar el salto del Global Solo Challenge a la Vendée Globe.
Una campaña de la Vendée Globe en comparación con una del Global Solo Challenge se sitúa, como mínimo, en una escala de 10 a 1 en términos de complejidad, compromiso financiero, nivel de habilidad de los navegantes profesionales de élite y competencia del equipo de tierra que acompaña al patrón durante una campaña.
Durante el Global Solo Challenge 2023, Cole Brauer Ocean Racing fue sin duda el proyecto mejor preparado y financiado de todas los inscritos en el evento. A diferencia de otros participantes, ella fue la única que contó con un equipo de tierra completo, no solo unos pocos amigos y ayudantes. No sé el número exacto, pero creo que alrededor de 25 personas estuvieron involucradas de una forma u otra, empleadas directamente o contratadas para el proyecto. Resultó inspirador observar esto, dado que frecuentemente quienes aspiran a transicionar de circuitos amateurs a los niveles élite de la navegación oceánica profesional no aprecian completamente la enorme escala a la que necesitan ampliar sus operaciones.
Para esta circunnavegación, Cole logró reunir a un equipo muy sólido con muchos profesionales jóvenes y talentosos que crecieron junto con el proyecto y, por lo tanto, con toda justicia deberían sentirse orgullosos y celebrar esto como un éxito colectivo. Frecuentemente conversaba con Cole a través de WhatsApp durante su circunnavegación, expresándole mi más profundo agradecimiento por todo el esfuerzo realizado y por su excelente preparación. Estoy convencido de que le agradará que destaque a su equipo de tierra por su inmenso compromiso con el proyecto.
También le mencioné cómo creo que este desafío la llevará a enfrentarse a un nuevo nivel de metas por alcanzar para abrirse paso en la élite profesional de la vela oceánica. La Vendée Globe representa un desafío distinto que no se puede lograr solo con dedicación y entusiasmo. Será fundamental que Cole aborde rápidamente la curva de aprendizaje para progresar en el ámbito IMOCA lo antes posible. Asimismo, deberá asegurarse de incorporar a su equipo, sin demora, a aquellos individuos de quienes pueda aprender las mejores prácticas y así evitar las trampas de un enfoque de prueba y error. Por ejemplo, durante su participación en el Global Solo Challenge, no suponía un problema contar con algunos miembros del equipo sin experiencia directa en la navegación por los cuarenta rugientes. Sin embargo, el siguiente paso exigirá hacer las cosas bien, o fracasar. Enfrentarse a un fracaso en una campaña de la Vendée Globe implica un alto coste económico, considerando que el presupuesto puede incrementarse de 10 a 20 veces para una campaña de cuatro años.
También puede ser que tenga que lidiar con un choque cultural, al pasar de la camaradería de un evento no profesional al circuito profesional. En mis días de navegación, siendo solo un amateur, encontré bastante abrumador lidiar con algunos de los eventos más grandes y ahí es donde un equipo de tierra con experiencia específica en el circuito entra en juego, para que la transición hasta alcanzar el nivel profesional sea lo más suave posible.
La navegación oceánica en solitario sigue estando dominada por los franceses y, a menudo, es fácil olvidar cuánto conocimiento, experiencia e infraestructura existe en Francia, donde el Global Solo Challenge ha sido recientemente mencionado de manera amistosa como la Petit Vendée Globe para aficionados. Dado lo que la Vendée Globe representa en el deporte de la vela oceánica, lo tomamos como el mayor cumplido que los medios franceses podrían habernos hecho. Realmente me siento muy agradecido por la cálida acogida que el evento tuvo en la prensa francesa, algo que de ninguna manera se daba por sentado.
Podría también experimentar un choque cultural al adentrarse de repente en el entorno profesional francés, dado que las marcadas personalidades de los resistentes marineros bretones/franceses y el exuberante estilo americano podrían no fusionarse de manera instantánea ni armónica. Un escenario ideal sería que Cole cayera bajo las alas de alguien como Alex Thomson, quien está detrás de las campañas de Clarisse Cremer y Scott Shawyer. Alternativamente, podría buscar la mentoría de Sam Davies, Dee Caffari u otros navegantes igualmente experimentados.
Esperamos sinceramente que el Global Solo Challenge haya sido simplemente un trampolín para Cole y que siga conservando su sonrisa, fortaleza, positividad y energía cuando se enfrente a una curva de aprendizaje tan desafiante como si fuera su nuevo Everest. Como hemos dicho muchas veces, el aspecto mental siempre es el más importante y estamos seguros de que Cole encontrará la manera de descifrar un futuro que, por ahora, puede parecer un enorme rompecabezas. Vientos favorables, Cole. Te deseamos el mayor de los éxitos y nos perdonarás si, en el futuro, también presumiremos de haber tenido el placer de conocerte
