La selva del Amazonas, conocida popularmente como el pulmón del planeta, arde sin control desde el pasado 9 de agosto. Con más de 40.000 focos activos que se extienden en su mayoría por Brasil, Perú y Bolivia, la situación preocupa especialmente por el valor ambiental de una zona en la que, se calcula, se produce 20% del oxígino de todo el planeta. Mientras el presidente de Brasil Jair Bolsonaro echa gasolina a otro fuego, el del debate público acusando a las ONG de estar detrás de la quema, la preocupación social se acentuaba más por las evidencias que salen a la luz que por las especulaciones. Se trata de las imágenes emitidas desde la página web del satélite Fire Information for Resource Management System (FIRMS) de la NASA, especializado en incendios.