El remolcador Irigoyen se hunde en las costas de San Pedro, mientras vecinos y la Armada Argentina intentan evitar su naufragio
La nave ya no forma parte de la flota militar. Fue dada de baja y cedida por decreto presidencial a ese municipio, donde funciona como museo naval desde 2010.
“El Comandante General Irigoyen se está escorando, no sabemos por dónde pero está ingresando agua y no podemos contenerla”, fue el mensaje y pedido de auxilio de los encargados de mantener la nave.
Ante la gravedad de la situación los habitantes de San Pedro recurrieron al auxilio de la Armada Argentina.
A poco de iniciadas las tareas para intentar frenar la cada vez mayor entrada de agua a la sala de máquinas del buque, las autoridades comunales se comunicaron con el Comando del Área Naval Fluvial de la Armada y se dispuso el inmediato empeñamiento de una dotación de marinos que se hicieron presentes en el lugar con una sola misión: salvar al Irigoyen.
El origen fué cuando se escuchó un fuerte estruendo similar al de una explosión. Luego se supo que el origen era el impacto de los cabos de acero que mantienen la nave amarrada al muelle, los que se cortaron producto de la fuerte escora o inclinación de la nave.
La historia del Irigoyen
El 10 de marzo de 1945, el astillero Charleston Shipbuilding & Drydocks Company entregó formalmente a la Armada de los Estados Unidos de Norteamérica la nave bautizada como USS Cahuilla bajo la matrícula naval ATF-152. El Cahuilla nació como remolcador con un desplazamiento de 1675 toneladas a plena carga. Una eslora de 62,5 metros, una manga de 11,6 metros , con un calado de 4,7 metros. Desde su entrada en servicio y hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial sirvió como nave de apoyo y rescate en aguas del Océano Pacífico. Apenas dos años después (1947) fue radiado del servicio activo y transferido a la República Argentina en 1961.
Afirmado en su popa el pabellón nacional y bajo el nombre de “Comandante Irigoyen” en honor al marino Matías de Irigoyen, revolucionario de Mayo, y secretario de Guerra de las Provincias Unidas del Río de La Plata entre 1815 y 1819, el buque siguió cumpliendo su rol de embarcación auxiliar, apoyo para maniobra de grandes unidades y transporte de pertrechos y personal entre distintas unidades navales, hasta que en 1982 es empeñado en el conflicto bélico por la soberanía de las islas Malvinas.
En sus 73 años de vida, el Irigoyen sirvió en dos guerras y contribuyó al salvamento de muchas personas. Hoy en su retiro pide ayuda; es hora de salvarlo a él.