El río Paraná alcanzó ayer una altura de 2,74 metros, 11 centímetros menos que el martes y 59 centímetros más que la mayor bajante del 2018, que se registró el 20 de septiembre y complicó el abastecimiento de combustibles que se realiza por la vía fluvial.
En este contexto se analizó la declaración de una veda extraordinaria para proteger a los peces, y la recomendación que no se consuma pescado.
Se espera que durante el primer trimestre, los niveles persistan en valores superiores a los normales, aunque con tendencia gradual descendente.