La elite del surf de olas gigantes se citó este martes en Praia do Norte, a unos 100 kilómetros al norte de Lisboa. Pocos lugares en el mundo ofrecen monstruos de agua y espuma tan colosales como en esta costa portuguesa. En esta ocasión, miles de curiosos se acercaron a la playa para presenciar la tercera etapa del Tour Big Wave 2016/2017, circuito organizado por la Liga Mundial de Surf (WSL). Y lo cierto es que el espectáculo no defraudó.
Veinticuatro surfistas procedentes de Estados Unidos, Australia, Brasil, Sudáfrica, Inglaterra, Perú, Chile y Portugal disputaron la primera edición del Nazaré Challenge con olas de entre 10 y 12 metros de altura. “Las condiciones son extremas y muy estresante para los competidores”, reconoció a AFP Francisco Spinola, organizador del evento, añadiendo que dos de los participantes, el británico Tom Butler y estadounidense Damien Hobgood, sufrieron “lesiones menores”.
La victoria en la gran final, donde llegaron los seis mejores riders, fue para el australiano Jamie Mitchell tras cabalgar una primera ola descomunal. El brasileño Carlos Burle y el local Joao de Macedo completaron el podio. Por su parte, el sudafricano Grant Baker lidera el ránking del Big Wave Tour.
Pese a la espectacularidad de las imágenes, las olas que irrumpieron este martes en Nazaré poco tienen que ver con la que cazó en ese mismo lugar Garrett McNamara hace cinco años. El estadounidense cogió una de 23,77 metros de altura, la más grande jamás registrada en el mundo del surf más extremo.
La gesta de McNamara sirvió para que Nazaré alcanzara fama mundial. Que esa playa sea una auténtica fábrica de olas gigantes se debe a una brecha en la placa continental que actúa como un embudo, de 170 kilómetros de largo y cinco de profundidad, al recibir las marejadas del Atlántico
