Decía Philippe Jeantot, el inventor de la Vendée Globe, que en el Everest de la Mar terminar ya es una hazaña; y eso tratan de lograr los más veteranos y aquellos que tienen presupuestos más modestos. El 3 de febrero, la organización de la regata dio a conocer la lista de los 27 inscritos que tomarán la salida desde las Sables d’Olonne el 6 de noviembre próximo. Sin embargo, son 31 los apuntados de forma oficial, pues cuatro, de momento, no han podido pasar los estrictos controles de sus barcos para hacerse con el certificado IMOCA; ni han realizado todavía las 1.500 millas obligatorias en solitario con el velero.
Y es que, además, lo carísimo que resulta participar en el Everest de la Mar ha llevado a algunos participantes a tener que hacerse con barcos muy antiguos: éste es el caso del Fila y su patrón Francoise Pellet, que pretende navegar en un velero de 1997. O Sèbastien Destremau, que utilizará el viejo Gartmore, Pindair o Explora, botado en 1998, con cuatro vueltas al mundo bajo su quilla.
Pieter Heerema (64), Richard Tolkien (61), Rich Wilson (66) y Nandor Fa (62).Pieter Heerema (64), Richard Tolkien (61), Rich Wilson (66) y Nandor Fa (62).
También Romain Attanasio ha comprado por 200.000 euros el ex Whirlpool-Europe 2, botado en 1998, y en el que Catherine Chabaud en 2000, Marc Thiercelin en 2004, y Tanguy de Lamotte en 2012 participaron en esta durísima regata. Su compañera sentimental, la gran navegante inglesa Sam Davies, con dos Globes a sus espaldas y un cuarto puesto en 2008, le ayudó a hacerse con el velero a través de una sociedad que comparten, y que lleva por nombre Sixíem Océan; una forma original de compartir sueños.
Y si participar en estos barcos con tantas millas es un plus de valor, la heroicidad se acrecienta todavía más cuando conocemos la edad de algunos de estos gladiadores de la mar. El norteamericano Rich Wilson tiene 66 años. Es diplomado en ciencias por Harvard, y doctorado en el Instituto Tecnológico de Massachussets, a donde solo van los mejores cerebros. Ya fue noveno en la Globe de 2009, y ganó la transat Inglesa 2004, además de ostentar el récord de la regata New York – Melbourne, y el de la Hong Kong a Nueva York; vamos, un fenómeno de los mares, que dice descansar en el barco haciendo ejercicios de matemáticas aplicadas.
El segundo con más años es el holandés Pieter Heerema, de 64 abriles. Este profesional de los negocios del petróleo en los mares no tiene experiencia en grandes regatas, pero su amigo, el gran Desjoyeaux, ganador dos veces de la prueba, le ha entrenado sobre los rapidísimos IMOCA. No obstante, es un experto navegante de la clase Dragón, con la que ha ganado cientos de títulos; pero no deja de ser sorprendente que participe sin haber navegado por los rugientes cuarenta, al menos en equipo.
Otro abuelo de esta inhumana regata es el inglés Richard Tolkien, de 61 años. Navegante de los hielos en 2013, y gran competidor de la Fasnet, que ganó en 2005; su palmarés también está repleto de carencias a la hora de soportar la soledad y el estrés a velocidades de vértigo durante tantas semanas.
Y para terminar me quedo con uno de los grandes, a los que el tiempo parece no haberle hecho mella; me refiero al húngaro volador, mi amigo Nandor Fa, de 62 años, al que conocí en la Vendèe Globe de 1992, en la que quedó en una impresionante quinta plaza. Este abuelo ha participado en todas las grandes pruebas, desde la BOC, la Transat o la Barcelona World Race. A pesar de su edad, se mueve en un barco como un simio, y es capaz de subir hasta las crucetas sin ayuda de nadie.
Por todo ello, esta edición de la mítica regata para solitarios sin escalas y sin asistencias, dejando por babor los tres míticos cabos, será también una extraordinaria prueba para la evolución de nuestra raza. Para demostrar que la edad se va retrasando en los seres humanos a medida que los medios técnicos, la alimentación y el ejercicio físico pasan a ser prioritarios en nuestra forma de vida, por mucho que sea verdad que, estos tipos, pertenecen a otra especie.