Tall Ship Race a su paso por España
La Tall Ship Race, una regata de grandes veleros clásicos que recorre varios paises del Atlántico europeo ha tenido durante esta edición dos paradas en España, visitando la ciudad de Cádiz, en Andalucía, y la de A Coruña, en Galicia.
La Tall Ship Race es una regata que se aparta de todo lo que normalmente va acompañado a este tipo de eventos náuticos, apostando más por los valores de hermandad y convivencia que por los de competición y lucha. Es por ello que es un evento mucho más social y donde la empatía con la gente de cada una de las ciudades que visita es enorme, congregando a grandes personas en los puertos, aficionados, simpatizante o simplemente curiosos que van a observar la majestuosidad de estos antiguos veleros.
La Tall Ship Race no es la primera vez que visita España, siendo un fijo en las últimas ediciones que se han celebrado, apostando siempre por Cádiz y A Coruña como puertos de alguna de sus etapas.
Si la edición del 2012, la Tall Ship Race fue, a boca de los politicos de A Coruña, un gran éxito de público y retorno económico, esta última edición que acaba de terminar parece ser que ha tenido un desastroso impacto sobre esta ciudad gallega. Las cifras son alarmantes con una disminución del impacto económico de 13 millones de euros (De 15 a tan sólo 2 millones) y de 850.000 visitantes menos (de 1 millón a poco más de 130.000 visitantes en la edición actual).
Es bien sabido la afición de algunos a maquillar los números a conveniencia pero sin entrar en este detalle, como dice el refrán, “Si el río suena, agua lleva”.
Lo que si se ha notado es que el eco que ha generado antes y durante el evento ha sido mucho menor que en la edición del 2012 tanto en la parada en Cádiz como en la de A Coruña.
Donde si se ha demostrado una buena organización y comunicación ha sido en la etapa que terminó y partió del puerto de Lisboa. Portugal está teniendo una visión clara respecto a como quiere promocionar su país, encontrando en los deportes acuáticos un gran aliado para su promoción internacional. Ejemplos de ello, a parte de esta edición de la Tall Ship Race son la Volvo Ocean Race y la apuesta clara por el deporte del Surf, siendo sede del europeo junior a parte de tener una parada del circuito internacional – Samsung Galaxy World Championship – y otra en la de olas gigantes – Big Wave Tour -.
Volviendo a España, y en resumen, la Tall Ship Race en Cádiz se puede valorar como aceptable según los analistas locales pese a que la autocrítica les empuja a mejorar problemas de organizacion que no han pasado desapercibidos.
En cuestión de A Coruña, el ambiente está mucho más caldeado y el gobierno local tiene en frente a una asociación de empresarios y comerciantes tremendamente descontenta con el resultado de esta edición y a una oposición que no para de ofrecer datos comparativos con tiempos que fueron mejores con respecto a la Tall Ship Race a su paso por la ciudad.
¿Merece la pena organizar y gastar dinero de las arcas generales para conseguir un resultado, que cuanto menos es cuestionable?
Sin lugar a dudas, no. Pero el problema no es el evento, si no la forma de gestionarlo, donde se deja de lado a la masa empresarial local y al pueblo para organizarlo de forma egocentrista y partidista. Un ejemplo calcado de la gestión de otros eventos organizados en España como la America´s Cup, el Gran Premio de F1 de Valencia o las últimas ediciones de la Volvo Ocean Race.