Yvan Bourgnon es un outsider de la vela. Tras ganar pruebas transatlánticas como la Mini Transat (1996) o la Transat Jacques Vabre (1997) y navegar en todo tipo de barcos, se hartó de la competición y comenzó a buscar retos inverosímiles. Alejado de los focos, en 2012 cruzó el Cabo de Hornos en un catamarán Nacra F20 de apenas seis metros y entre 2013 y 2015 completó una vuelta al mundo demencial de 30.000 millas a bordo de una pequeña embarcación no habitable, sin GPS ni partes meteorológicos. Ahora, el navegante suizo se ha fijado un desafío mucho más ambicioso: construir un multicasco gigantesco para limpiar los océanos.
Durante sus aventuras y desventuras Bourgnon encontró plásticos flotando por todas las aguas del planeta por las que navegó. “Entre ocho y diez millones de toneladas de plásticos se vierten en los océanos cada año. En 2025, la cantidad de residuos podría multiplicarse por 10 y, a ese ritmo, en 2050 habrá una pieza de plástico por cada pez”, explica el navegante, que ha creado la asociación The Sea Cleaners para poner en marcha el proyecto.
La idea es construir el Manta, un cuatrimarán de 72 metros de eslora por 60 de manga capaz de recoger basura flotante sin dañar la fauna marina con el objetivo de limpiar las zonas costeras (“ir la fuente del problema para mayor efectividad”) antes de que los plásticos acaben agrandando el llamado continente de plástico que flota en el Pacífico Norte.
La embarcación podrá moverse con rapidez a las zonas contaminadas, si bien la velocidad durante la recolecta de residuos será de poco más de 2 nudos. Un innovador colector biomimético, inspirado en las ballenas, de 72 metros de ancho irá recogiendo los plásticos, que serán transportados en una cinta hasta los tanques de almacenamiento. Para no realizar capturas accidentales de peces, el Manta emitirá ruidos electrónicos para repeler la vida marina que deambule por la superficie.
En cada viaje, cuya duración será de días o semanas, Bourgnon podrá recoger unos 300 metros cúbicos de desperdicios. Antes de su reciclado, los plásticos serán etiquetados por su procedencia y analizados; los datos obtenidos se enviarán a la comunidad científica para que pueda completar las observaciones sobre el estado de los océanos.
Además de las velas convencionales, el barco empleará una cometa de grandes dimensiones similar a las de kitesurf y motores híbridos para minimizar la huella de carbono que deje a su paso.
En las próximas semanas Yvan Bourgnon presentará el proyecto en varias citas como el Salón Náutico de París o la Conferencia sobre el Cambio Climático de la ONU, COP 22, en Marrakech. Los dos próximos años se han reservado para desarrollar la investigación necesaria y en 2019 está prevista la construcción de la embarcación. Habrá que esperar hasta 2021 para ver la primera misión del ‘Manta’. El nombre del barco no es baladí, lo han bautizado así porque el pez manta filtra el agua de una manera similar.
A la espera de encontrar apoyos de organizaciones y países, desde The Sea Cleaners han iniciado esta semana una campaña de financiación colectiva (crowdfunding) en la plataforma ‘KissKissBankBank’. Busca recaudar 80.000 euros antes del 13 de diciembre para poder dar los primeros pasos en su camino de limpiar los mares que tanto han dado (y quitado) a Bourgnon.