El día que el Río de la Plata desapareció en 1792
Río de La Plata
El viernes 29 de mayo de 1792 ocurrió en el Río de la Plata uno de los fenómenos meteorológicos más extraños.
En un día apacible sin nubes, un viento Pampero sopló todo con intensidad todo el día.
Fue tanta la violencia del viento, que modificó las actividades de Buenos Aires. El Pampero sopló toda la noche y a la mañana siguiente volvió la calma.
Ahí descubrieron que el inmenso Río de la Plata, había desaparecido.
Restos de barcos hundidos y algunos charcos en el horizonte era todo lo que ofrecía a la vista en el extenso lodazal.
El 30 de mayo de 1792, sin señales del río, Herrera y Berazategui, a la altura de Quilmes optaron por dirigirse hacia el este. Luego de varios minutos alcanzaron una pequeña corriente y cruzandola siguieron hacia Uruguay, con apenas algo más que un metro de agua. Más adelante, y con Colonia del Sacramento ya tomando forma ante sus ojos, se toparon con una correntada importante. Y ahi divisan una caballo que avanzaba desde el otro lado, luchando contra la corriente.
Herrera, Balenzategui y el uruguayo, los únicos tres jinetes en la historia que se reunieron en el medio del cauce del Río de la Plata, regresaron a Buenos Aires. Iban al trote, pero notaron que cada vez habia más agua. El río reaparecía y se les venía encima. En sus caballos y exhaustos, alcanzaron la costa de Quilmes, cuando el río ya les mojaba las botas.
El Río de la Plata volvió a estar donde todos esperaban que estuviera.