Fruto de las empresas estatales chinas y de la francesa Ciel & Terre, el proyecto tuvo las instalaciones terminadas en 2018, pero las conexiones a la red eléctrica apenas se finalizaron en marzo pasado. Estas conexiones implicaron la construcción de una nueva línea eléctrica aérea de 110V, con 18km de longitud.

Con el objetivo de minimizar las emisiones de gases invernadero, además de reducir los costos de transporte y garantizar empleo en la región, el proyecto será capaz de satisfacer las necesidades energéticas de cerca de 21 mil hogares.

Otro proyecto fotovoltaico flotante también está previsto en la misma región, en el distrito de Yongqiao. La empresa Three Gorges New Energy está finalizando una planta de 150MW, que ocupará el lugar de mayor del mundo después de estar lista.

Ambos proyectos forman parte del mayor programa chino para la instalación de sistemas fotovoltaicos flotantes con una capacidad total superior a 1GW. Y lo mejor es que todos ellos nacen en antiguas explotaciones mineras, para darles nueva vida y, así, aprovechar parte de las infraestructuras ya existentes.