Planchadas y Pasarelas
¿Cómo sube Ud. a su barco?
Por Pablo Villar para Trimer
Le propongo un paneo por los diferentes sistemas existentes hoy en el mundo, incluida la Argentina, para subir o bajar de su embarcación con estilo.
Hoy existen maneras mucha mas civilizadas y evolucionadas respecto de los primeros tablones de madera (literalmente hablando) y la primeras pasarelas fabricadas artesanalmente, mas parecidas a escaleras caídas que a otra cosa.
Los sistemas súper sofisticados, que solemos ver con envidia en las revistas europeas a bordo de enormes mega yates, ahora también están disponibles para los mortales con barcos de tamaños más razonables para nuestro estuario.
Empezando por lo más sencillo y difundido, tenemos las pasarelas. Estas permiten acceder del barco al muelle o a la inversa sorteando la separación del barco con el mismo y la diferencia de alturas.
Toda pasarela que se precie de ser de alta gama, es totalmente automática, es decir que sube y baja y se extiende para llegar al muelle con solo apretar un botón en el panel de control, o, mejor aun, en el control remoto inalámbrico que nos llevaremos en el bolsillo al bajarnos para cenar, luego de haber vuelto a replegar la pasarela, para evitar el acceso a bordo de extraños en nuestra ausencia.
Las pasarelas modernas están generalmente fabricadas en aluminio con herrajes de acero inoxidable y algunas pocas totalmente en acero inoxidable, prácticamente todas con la parte superior enjaretada en madera de teca y pasamanos que se levantan automáticamente al extenderse la parte móvil de la pasarela.
Las mas sofisticadas pueden hacer a su vez de plumas, permitiendo levantar una moto de agua o tender y subirlos a la planchada para estiba.
Las pasarelas hoy en día podrían clasificarse de varias maneras, una seria por su montaje.
Una de las variantes más comunes es la pasarela que se monta externamente sobre la planchada. Esta se fija en la parte alta del espejo y cuando se estiba queda apoyada en la planchada de popa o sobre el tender. (foto 1) Ocupa bastante espacio afuera, pero es una buena opción cuando no podemos esconderla dentro de la embarcación
Disponiendo del espacio necesario, hay soluciones más elegantes o con más prestaciones. Una de ellas es la pasarela replegable.
Esta se guarda completamente dentro de la embarcación, la mayoría de las veces disimulada en una de las escaleras de acceso al cockpit y completamente fuera de la vista. Con solo apretar un botón, la pasarela de extiende en toda su longitud, pudiendo entonces subir o bajar hasta la altura necesaria para acceder cómodamente al muelle.
Hablando de llegar al muelle, mirando fotos de barcos, uno puede notar que muchas veces la gente se equivoca en el largo de su planchada, siendo esto incomodo para acceder al muelle, pero realmente desagradable en el caso de las pasarelas que ofician de pluma, ya que no logran llegar adecuadamente hasta el punto de izado del bote o moto de agua y lo arrastran por el extremo de la planchada cada vez que son izados.
Dando por descontado que la decisión de compra queda en manos de la “Capitana” o, quizás, de aquella señorita que insiste en subir a bordo con sus “stillettos” hechos a medida para engancharse en cada cm del enjaretado, pero que su minifalda le hace imposible abordar sin una pasarela, relegue la parte técnica de la decisión en un Arquitecto Naval o su asesor de confianza. Para su confort, es sumamente importante que el largo sea el correcto.
En algunos puertos del mediterráneo, y en un poquito menor medida, en el puerto de Punta del Este también, a veces, la amplitud de mareas hace que la diferencia de altura entre nuestro espejo y el muelle de cemento sea demasiada para poder sortearla con una pasarela común, ya que esta queda tan inclinada que se transforma en un tobogán o una ladera de una montaña a escalar, dependiendo de hacia donde querramos ir.
Para evitar esto, las embarcaciones de mayor porte utilizan una pasarela especial que además de extenderse hacia el muelle se transforma, ingeniosamente, en escalera, tanto hacia arriba como para abajo, para una comodidad total.
En los barcos de mayor tamaño, además de poder acceder a los muelles con facilidad se presenta otro problemita: bajar al agua y volver a subir a bordo.
A medida que aumenta la eslora, también lo hace la altura de la planchada de popa respecto del agua. Esto hace que se necesite algún equipo que ayude a sortear este escollo.
Las planchadas que se transforman en escalera, como también se pueden utilizar para bajar, son una de las opciones que permiten cierta comodidad para llegar al o desde el agua. Un artilugio muy cómodo para acceder al agua, tanto sea para nadar como para subir y bajar la moto de agua, es el llamado Tenderlift. Este mecanismo directamente baja TODA la planchada de popa sumergiéndola lo necesario para una comodidad y practicidad enormes.
Como en el primer mundo tienen todo “casi” resuelto (salvo por algunas economías…) hay modelos de estos aparatos para todos los gustos o necesidades, por ejemplo algunos que se deslizan para sortear patas dentro fuera, Stern thrusters o sistemas de flaps.
Si estamos hablando de comodidad en la popa del barco, “EL” equipo que poseen todos los barcos de lujo es el novedoso “Transformer” patentado por Opacmare. Si su nombre le recuerda unos juguetes de su hijo, unos autos que se transforman en robots con una cantidad de movimientos cuasi coreográficos, no esta lejos de la realidad.
Este equipo decididamente futurista transforma su planchada de popa en escalera de acceso al muelle, plataforma de baño, recuperador de motos de agua y tenders y extensión de la planchada. Un párrafo aparte merecería la facilidad de acceso que brinda para las personas con algún tipo de reducción de movilidad o impedimento para hacerlo fácilmente. Podría hacer la diferencia entre subir a bordo o no.
Viendo las fotos, creo que vale la vieja frase de que “una imagen vale más que mil palabras” Los americanos dirian “Amazing” o “Awesome”, a mi lo único que se me ocurre es ¡Impresionante! (todo lo que se ve en las fotos…) Hoy no hay excusas para no subir a bordo con estilo.