Organización de la Meteorología Mundial alerta sobre El Niño en 2017.
Uno de los fenómenos más espectaculares y raros que se dan en la Tierra, es el fenómeno de El Niño o ENSO (El Niño Southern Oscilation), el cual afecta a las regiones tropicales de nuestro planeta.
A grandes rasgos lo que ocurre es que los vientos alisios, en la costa oeste del norte Sudamérica, pierden fuerza o directamente dejan de soplar. Cuando soplan, arrastran la humedad y las aguas cálidas de la costa sudamericana hacia el sudeste asiático y Oceanía, por eso en las costas de Perú y Chile predomina el ambiente desértico y mientras que al otro lado del océano, abundan los ecosistemas ricos en vegetación y con altas tasas de precipitación. Al detenerse estos vientos, la humedad se queda en el continente sudamericano, provocando abundantes lluvias en esta zona mientras que, en el otro extremo del Pacífico, sufren episodios de sequía.
Otro gran efecto que provoca El Niño, es que los caladeros de Perú y Chile dejan de ser tan productivos. Esto es debido a que cuando soplan los alisios, el agua superficial se desplaza, permitiendo que suban aguas profundas ricas en nutrientes, a ocupar las capas altas del océano. Estas aguas profundas, frías y con abundantes nutrientes, permiten que esta zona del océano Pacífico sea una de las zonas más productivas en pesca del mundo. Sin embargo, durante El Niño, al detenerse los alisios, el agua superficial no se desplaza, lo que impide que el agua profunda ascienda, lo que deriva en que dejan de haber nutrientes en las aguas y por tanto, peces. Todo esto tiene un impacto muy negativo tanto para la pesca local como para la vida marina residente en la zona, como los lobos marinos peruanos, delfines, etc, muchos de los cuales, sobretodo crías, pueden llegar a morir de inanición.
Como muchos recordaréis, entre finales de 2015 y principios de 2016 tuvo lugar uno de los Niños más potentes que se recuerdan. Normalmente, aunque no es de obligado cumplimiento, tras un Niño suele venir una Niña, la cual es un fenómeno de condiciones opuestas a El Niño. La Niña que siguió al El Niño del 2015-16 fue tan débil que apenas se notaron sus efectos.
A principios de año, la NOAA daba por finalizado el fenómeno de La Niña, dando lugar a un descanso de entre 3 y 6 años hasta que vuelvan a comenzar esta sucesión de fenómenos. Sin embargo, un comunicado emitido el 16 de febrero por la OMM (Organización Meteorológica Mundial) alerta sobre la posibilidad de que este año vuelva a producirse un fenómeno de El Niño.
En concreto, la OMM indica que hay un 40% de posibilidades de que al finales de este año comience un nuevo episodio de El Niño, algo inusual pero con precedentes, puesto que este fenómeno no es cíclico, es decir, que tiene una periodicidad irregular.
Los investigadores de la OMM afirman que es probable que hasta después de la primavera no tengan una lectura clara de lo que va a ocurrir, pero que es mejor tener en cuenta la posibilidad de que ocurra para que así las autoridades competentes puedan estar preparadas en caso de necesitarlo.
Según declaraciones del Dr. Rupa Kumar Kolli, director de la división de aplicaciones y servicios climáticos mundiales de la OMM: “Si El Niño vuelve, tendría muchas implicaciones para muchas de las regiones monzónicas. El Niño se asocia con un gran monzón en gran parte del sudeste asiático y con la sequía en algunas partes de África. La gente debería ser consciente de estas posibilidades para poder estar prevenidos en caso de que ocurran”.