Los barcos moliceiros de Aveiro.
La Venecia portuguesa. Aveiro, una ciudad de 75.000 habitantes situada 75 kilómetros al sur de Oporto, recibe este apelativo debido a los canales que la atraviesan y a los llamativos barcos que los navegan, los moliceiros, embarcaciones turísticas similares a las góndolas venecianas, y que junto a los dulces ovos moles, la Universidad y las casas rayadas de colores de Costa Nova, son uno de los símbolos de la urbe.
Los moliceiros son los más conocidos de los cuatro tipos de embarcaciones de la ría de Aveiro, que aunque comparten una serie de características comunes como el poco calado para evitar las plantas del fondo de la ría, los extremos de proa y popa levantados y la cubierta de proa, pueden dividirse en función del uso para el que eran construidas: la saleira para el trabajo en las salinas; las bateiras murtoseiras para la pesca fluvial; la bateira mercantel para el transporte de la pesca; y por último, el barco moliceiro.
Los moliceiros eran construidos hasta el siglo pasado para la recogida y el transporte del moliço, una planta acuática del fondo de la ría, que se dejaba secar al sol para luego utilizarla como abono para convertir los terrenos arenosos e improductivos de las orillas de la ría en excelentes tierras agrícolas. La desaparición del moliço debido a la degradación de los fondos de la ría generada por los vertidos contaminantes de la industria, y su progresiva sustitución por abonos químicos llevaron a la desaparición del barco moliceiro como embarcación de trabajo y a su posterior recuperación durante el siglo pasado para fines turísticos.
Los quince metros de eslora de los barcos moliceiros siguen un diseño de proa y popa muy altas, y costados muy bajos en el centro de la embarcación que facilitaban la carga del moliço. Su manga ronda los dos metros y medio y su puntal un metro, dando un desplazamiento de alrededor de cinco toneladas. Su fondo plano les da una gran estabilidad, y su poco calado les permite moverse libremente en los canales menos profundos o en lugares en los que los bancos de arena impiden la navegación de embarcaciones con quilla.
Lo más llamativo de los moliceiros son sus proas y popas decoradas en colores básicos (azul, amarillo, verde, rojo, negro o blanco), con ilustraciones que reflejan situaciones del día a día, de contenido religioso, profesional, o erótico festivas, siempre desde un punto humorístico, acompañadas de un breve texto, y únicas para cada embarcación. El timón, de grandes proporciones, es de color negor, y lleva pintada en su parte superior la insignia del constructor.
El castillo de proa guarda un espacio cerrado que sirve de camarote para los tripulantes y de almacén de mantimentos y de la vela de la embarcación, así como una zona sobre el fondo con un fuego para preparar la comida. El castillo de popa, utilizado para guardar el barril de agua para los tripulantes, las forxadas y las tamancas, se cierra con una tapa móvil que sirve también de asiento al arrais.
La construcción de estos barcos se circunscribe a los talleres tradicionales de las poblaciones de Ílhavo, Murtosa y Aveiro, en un arte transmitido de padres a hijos durante generaciones. Construidos en madera de pino, árbol abundante en gran parte de la región de Aveiro, se necesitan dos personas y veinticinco días de media para completarlos. La vida útil de estas embarcaciones se estima entre los siete y los doce años. Los talleresen dondese contruyen se encuentran habitualmente lejos de la orilla, y los moliceiros son trasladados pofusamente ornamentados hasta la misma el día de su botadura, que siempre se produce en sábado.
La tripulación siempre está compuesta por dos personas, denominados patrón y mozo. Aunque hoy en día cuentan con motores, tradicionalmente existían tres medios de propulsión de los moliceiros: a vela, a vara o a sirga. Navegando por la ría, el barco utiliza una vela de forma trapezoidal, hecha de lona, con una superficie aproximada de veinticuatro metros cuadrados, soportada por un palo de ocho metros de alto. Dentro de los canales o a falta de viento, se utiliza una vara de pino de cuatro a seis metros de largo que se enclava en el fondo y se empuja a mano. La sirga es un cabo que, en los canales más estrechos, junto a los márgenes, o navegando contra corriente, se ata a la embarcación mientras uno de los tripulantes tira del otro extremo
En la actualidad el uso de los barcos moliceiros está casi restringido a su vertiente turística. En un paseo de unos cuarenta y cinco minutos con un precio por persona de seis euros, estas embarcaciones salen de los muelles del Canal Central y recorren este y los otros tres canales urbanos de Aveiro, el Canal da Pirâmide, el Canal do Cojo y el Canal de São Roque, pudiendo apreciar los edificios históricos del centro de la ciudad, las salinas, los almacenes de pescado, y llegando por el Canal do Cojo hasta el Largo da Fonte Nova, en donde se encuentra la fábrica de cerámica Campos, hoy restaurada para alojar la Cámara, el Instituto de Empleo y el Centro de Congresos de Aveiro.
El último fin de semana de julio se celebra la tradicional Grande Regata de los Moliceiros de la Ría de Aveiro. Los barcos parten de Torreira a las dos y media de la tarde del sábado para llegar a la meta situada en el centro de Aveiro aproximadamente a las cinco de la tarde. El sábado se completa con otras actividades como los bautismos de vela o un encuentro de embarcaciones clásicas, mientras el domingo se celebran por la mañana el Concurso de Pinturas de Proa y el desfile de moliceiros “a vara” en el Largo da Fonte Nova, y por la tarde, la regata de exhibición.