La Giraglia, como saben los competidores, no se anda con rodeos, y siempre resulta una carrera difícil: hay una gran cantidad de viento o el anticiclón ‘Judas’ quién obtiene el compromiso de hacer la vida más difícil para los surfistas, como saben ayer en el muelle de St. Tropez.

‘Hasta que tengamos buena Giraglia – profetizó Andrea Caracci, navegante a bordo del Cookson 50 Kuka 3 impulsado por BMW – . A partir de entonces, difícil de aventurar una respuesta’ 

Caracci ya había llegado a un acuerdo con Judas.

La edición 2017 está demostrando en toda su complejidad táctica a toda la flota de 209 barcos ayer a las 13:00 de Saint Tropez.Muchos han optado por la estructura ultraligera, incluyendo los grandes yates Maxi que son partes en rangos inferiores en previsión de una carrera en la que los resultados de luminosidad en un mejor rendimiento. Así Momo y Caol Ila, en lugar de la tripulación habitual de 22 personas, han optado por un banco corto, con sólo 13 miembros de la tripulación.