Jueves, 4 de abril. A las 11:09, hora local, después de 158 días y 44 minutos en el mar, François Gouin cruzó la línea de meta del Global Solo Challenge, logrando la 5ª posición con su Class40 Pogo 40S #75 Kawan3 Unicancer.
Cuando levantó los brazos en señal de triunfo, se podría haber pensado que había llegado primero. François no estaba celebrando su posición en el ranking, sino estaba celebrando el logro de haber conseguido llevar a cabo la travesía más desafiante que existe, una circunnavegación en solitario sin escalas por los tres grandes cabos. François estaba justificadamente extático y orgulloso de haber conseguido su objetivo y su sueño. Estaba tan feliz sus ojos brillaban más que las bengalas que utilizó para celebrar el cruce de la línea de llegada.
François Gouin es el primero de los finalistas del Global Solo Challenge cuya vida no está dedicada, de una forma u otra, a la navegación y al mar. Como cirujano oncólogo en práctica, se tomó un tiempo libre de su trabajo y aprovechó la oportunidad para concienciar sobre la importancia de la actividad física en la prevención y recuperación del tratamiento del cáncer.
Prepararse para el evento absorbió todo el tiempo libre del patrón de Pornic, utilizando todas sus vacaciones y fines de semana en los años previos a la salida, haciendo del Global Solo Challenge el único objetivo de todos sus pensamientos, a la vez que trabajaba a tiempo completo.
Al igual que todos los navegantes, François se enfrentó a su cuota de dificultades, destacándose principalmente el problema con el rail de la vela mayor que, mirando en retrospectiva, parece no haber sido adecuadamente recomendado por el proveedor para la tarea que tenía de desempeñar. Las secciones del rail estaban parcialmente atornilladas y pegadas al mástil, pero se hizo evidente que el número de tornillos utilizados para asegurar el rail al mástil era insuficiente y el rail comenzó a despegarse incluso antes de alcanzar el Cabo de Buena Esperanza. François utilizó todos los tornillos que pudo encontrar a bordo para fortalecer el punto de unión y utilizó el pegamento epoxi que tenía, evitando por poco tener que detenerse en Ciudad del Cabo.
Después de su reparación, todo parecía estar bien a bordo de Kawan3 Unicancer y la vida a bordo continuó, lidiando con otros problemas menores que forman parte de la gama de accidentes que pueden afectar a cualquiera. La botavara del spinnaker se desprendió y rompió una ventana lateral, que tuvo que ser sellada con una placa. Asimismo, el enganche del bauprés en la cubierta se aflojó, requiriendo mucho trabajo para reposicionarlo y fortalecer la cubierta con placas y contraplacas apropiadas para soportar las cargas.
A su llegada, vimos que François ha estado utilizando un sensor de viento instalado en un poste en la parte de popa del barco, ya que sus sensores en lo alto del mástil se habían dañado, esta es una alternativa muy válida que a menudo se utiliza para evitar tener que subir al mástil si no es estrictamente necesario.
En el Pacífico Sur, antes del Cabo de Hornos, el patrón francés sufrió una tumbada pero logró doblar el cabo el 7 de febrero, con una ventaja de 24 horas sobre Riccardo Tosetto en Obportus. Los dos protagonizaron el duelo más cerrado de todos los competidores en el Global Solo Challenge, intercambiando posiciones a menudo y dejando el orden final de llegada abierto a todas las conjeturas.
La parte más frustrante, que también se convirtió en la más desafiante mentalmente para François, fue navegar a través de las calmas tropicales en el camino hacia el ecuador en el Atlántico Sur. Una vasta área de vientos ligeros e inestables continuaba cambiando, haciendo que todas las decisiones de ruta fueran conjeturas y costandole al patrón francés su ventaja sobre Riccardo. En el ecuador, solo 200 millas separaban a los dos, pero el ranking se invirtió.
Sin embargo, fue en este punto cuando François se dio cuenta de que el rail de la vela mayor se estaba desprendiendo nuevamente, más arriba en el mástil, y que no tenía materiales para efectuar ninguna reparación. Esta vez, el daño fue causado por el flameo constante de la vela en vientos ligeros. Se sintió desanimado de que su duelo con el patrón italiano había llegado a su fin, ya que se vio obligado a navegar con 3 rizos en la mayor sin poder ni izar ni bajar la vela durante las últimas tres mil millas del recorrido.
Sin embargo, después de este duro golpe técnico y psicológico, los dioses del tiempo parecieron decidir que se había ganado un camino favorable hacia la meta y, después de la zona de calmas ecuatoriales, a pesar de su configuración reducida de velas, encontró buen viento para casi toda la parte restante de su travesía, perdiendo mucho menos terreno del inicialmente anticipado y completando su circunnavegación solo 5 días después de Riccardo Tosetto.
La llegada de François fue emotiva, con familiares y amigos dándole la bienvenida. Sus dos hijas siguieron su llegada en directo desde Tahití, donde viven. También otras miles de personas en todo el mundo siguieron su llegada en directo desde las RRSS del evento.
Después de cruzar la línea de llegada, François, con la ayuda de sus amigos que subieron a bordo de Kawan3 Unicancer, tuvo que subir al mástil para cortar las amarras que habían mantenido la vela mayor en su lugar y así poder bajar la vela y llegar al muelle, donde celebró con champán. Riccardo Tosetto, siguiendo la tradición ya establecida, esperó en A Coruña la llegada de François y lo recibió en el mar y lo ayudó a bajar sus velas, tal como Cole había hecho por Andrea Mura. Fue Riccardo quien entregó a François su trofeo del Global Solo Challenge.
François también obtuvo su banderín de la Asociación Internacional de Cap Horners y se convertirá en parte de la pequeña élite de menos de 200 marineros que han navegado alrededor del mundo en solitario y sin paradas por los tres grandes cabos.
La celebración continuó en tierra junto a la carpa del Global Solo Challenge y hasta la noche con una cena de grupo en un restaurante local, el mismo donde François había disfrutado de su última comida en tierra antes de su circunnavegación, cerrando así perfectamente el círculo de su aventura.
Mientras escribimos, David Linger está a poco menos de 2200 millas de la línea de meta y se espera que termine aproximadamente en dos semanas. David está avanzando hacia el norte en los estables vientos alisios, esta sección de la circunnavegación es una que requiere paciencia. Los patrones tienen poco que pueden hacer más que continuar hacia el norte en busca de vientos favorables, todo mientras navega de ceñida, lo cual hace que la vida a bordo sea un poco incómoda.
Más al sur, hoy debería conseguirse otro increíble hito, él de Louis Robein, quien durante la noche llegó a la Isla de Hornos donde dejó el barco a la deriva, con las velas en rumbos opuestos, esperando la luz del día para continuar en su ruta hacia el Cabo de Hornos.
Es difícil explicar para aquellos que no son navegantes o no han navegado en esas aguas, la increíble resistencia, determinación, habilidad marinera y resiliencia que se necesita para lograr lo que Louis Robein está a punto de lograr hoy. El patrón francés de 70 años, navegando en un humilde y subfinanciado X37, perdió el uso de su piloto automático hace 3 semanas, a mediados de marzo. Desde entonces, ha tenido que navegar y descansar mientras el barco está parado a la deriva, lo que le permite dormir un poco. Su torre de timón se rompió, así que Louis tiene que llevar a cabo largos turnos al timón, en el frío clima del Pacífico sur, utilizando el corto timón de emergencia metálico. Lleva navegando 1500 millas en condiciones extremadamente precarias, sin dejar que la desesperación se apodere de él y continuando sin querer solicitar asistencia.
Después de doblar el Cabo de Hornos, Louis se dirigirá por el Canal Beagle hacia Ushuaia para llevar a cabo reparaciones. No queríamos causar demasiada preocupación en quienes nos leen pero, hace un par de días, Louis también tuvo problemas con su aparejo, en concreto con el obenque D1 de babor. No tenemos detalles de cómo gestionó el problema, pero nos fascina su ingenio y habilidades frente a las dificultades.