“Los barcos están acelerando, las ballenas francas del Atlántico norte están muriendo y los responsables no están siendo lo suficientemente responsables“, según la ONG Oceana.
La ONG analizó las velocidades de los barcos y embarcaciones entre 2017 y 2020 en las áreas establecidas por la Agencia de Estados Unidos para la Observación Oceánica y Atmosférica (NOAA), a lo largo de la costa atlántica de la nación norteamericana.
El incumplimiento de los límites alcanzó casi el 90% en áreas con reducción de velocidad obligatoria, mientras que la falta de cooperación fue cercana al 85% en áreas donde la reducción era opcional.
Las colisiones con barcos son una de las dos principales causas de lesiones y muerte de las ballenas francas del Atlántico Norte.
Las investigaciones han demostrado que reducir la velocidad de los barcos a 10 nudos (18,5 km / h) reduce el riesgo de muerte entre un 80 y un 90%.
Dos tercios de los barcos que iban a gran velocidad enarbolaban banderas extranjeras, mientras que los cargueros eran los principales culpables de las negligencias.
El estudio se centró en embarcaciones de 20 metros o más, ya que deben transmitir su posición de forma continua. Pero los barcos más pequeños también pueden ser fatales para las ballenas.