La Turkcell Platinum Bosphorus Cup es una regata excepcional. Con centro en Estambul, un tercio de su programa de competición transcurre por el Bósforo, una estratégica porción de mar que separa Europa de Asia, y que durante 360 días al año está dedicada exclusivamente al tráfico comercial. La 15ª edición se celebró el pasado fin de semana, con victoria del Farr 55 turco Orient Express VI.
El concepto de la Turkcell Platinum Bosphorus Cup es simple: dos jornadas de competición entre boyas en el Mar de Mármara (a medio camino entre el Egeo y el Mar Negro), separadas por la Regata del Bósforo, una costera de 21 millas náuticas que por unas horas congela el denso tráfico comercial del estrecho de Estambul, y que ejerce de icono indiscutible de la competición a vela en Turquía.
Creado hace 15 años, el evento ha ido creciendo en importancia y es hoy una fiesta de la vela en una zona del planeta que no destaca precisamente por su afición a las regatas. El pasado fin de semana se disputó su edición 2016, con participación de cerca de 60 barcos y gran éxito de público. La ausencia de viento no bastó para deslucir un espectáculo que acercó a los 58 barcos participantes literalmente a los pies de la zona histórica de Estambul, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1985.
El Bósforo sólo cierra su paso al tráfico comercial en cinco ocasiones cada año, y sólo por unas pocas horas. Alrededor de 55.000 barcos cruzan cada año el estratégico punto que separa la zona europea de Estambul de la zona asiática, situándolo en el top tres mundial por intensidad de tráfico marítimo. Semejantes antecedentes dan una idea de lo exclusivo que es poder regatear en sus aguas, una oportunidad única que brinda cada año desde 2002 la Regata del Bósforo, ingrediente principal en el programa de competición de la Turkcell Platinum Bosphorus Cup. “Siendo niño solía navegar en el Bósforo, aunque nadie parecía interesado”, explica el regatista oceánico turco Orhan Gorbon, creador del evento. “Cuando empecé a competir internacionalmente, no tardé en convencerme de que el Bósforo podía ser una sede atractiva para acoger regatas de vela”.
“Estambul ofrece un estupendo escenario para regatistas, espectadores y prensa gracias a su estratégica localización, su rica historia y edificios monumentales como la Basílica de Santa Sofía, la Mezquita Azul o el Palacio Topkapi”, continúa Gorbon. “El agua es profunda justo hasta el mismo muro, y las regatas son fáciles de contemplar desde tierra”. No en vano, durante la Regata del Bósforo, los barcos viran a escasos metros de un público que se cuenta por miles.
Desde el punto de vista estrictamente deportivo, la edición 2016 estuvo dominada por brisas más ligeras que de costumbre, y el programa original de cinco mangas tuvo que ser acortado. El viernes sólo se disputó una manga barlovento/sotavento, y el sábado se celebró la Regata del Bósforo, pero las pruebas del domingo tuvieron que abandonarse por falta de viento. El Farr 55 turco Orient Express VI de Bülent Atabay sería declarado vencedor final gracias a unos parciales 1-2, frente al 3-1 de su inmediato rival, el Renault Farr Away.