Pocos deportes permiten disfrutar una vida profesional tan longeva como en la vela. Fernando León es un claro ejemplo. El 29 de julio de 1996 y junto a José Luis Ballester, se colgó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atlanta en la clase Tornado. Ahora, justo 20 años después, el grancanario sigue en la élite. Esta semana lidera el barco Maserati con el objetivo de conquistar la 35ª Copa del Rey Mapfre.
León lleva tres campañas intentando que la firma del tridente se alce con el trofeo más prestigioso del Mediterráneo, si bien es esta temporada cuando se ha colgado el cartel de favorito al lograr un equilibrio entre la embarcación (un modelo DK46 que ya ganó la Copa del Rey de 2009) y la tripulación, con nombres tan ilustres como el del navegante oceánicoGuillermo Altadill o el del campeón olímpico en Barcelona 92 Domingo Manrique.
Y es que pocos equipos pueden presumir de tener un equipo de popa, algo así como el cerebro del barco, tan potente como el Maserati: Luis Martínez Doreste (timonel), José María Ponce (apoyo táctico), Matías Picornell(navegante) y el propio Fernando León (táctico). Álvaro Irala (proa), Ramón Lago y Nacho Alzina (bañera), Jaime Martínez del Cerro (piano), Juan Luis Wood (trimmer de mayor) y Kevin Rosales (proa) completan la nómina de regatistas. Sólo la competencia que existe en la clase ORC 1 impide situar a este equipo como el rival a batir. Con estos ingredientes, León pretende ganar su segunda Copa del Rey Mapfre, después de conseguirlo en 2005 a bordo del CAM.
Maserati se atrevió a apostar por la vela por la exitosa sinergia que se crea entre deporte y negocio. Más allá de llevar la imagen de la marca a una competición como la Copa del Rey Mapfre, el proyecto sirve para invitar a clientes potenciales a seguir las pruebas en el campo de regatas. “Aquí estamos para que los resultados deportivos reflejen los resultados comerciales de la marca”, reconocía este lunes Enrique Lorenzana, director comercial de Maserati Iberia. “Y este año el barco refleja cómo está la marca”.
