Volvo ocean Race ¡La Etapa Cero ya está aquí!!
Repasamos todo lo que hay que saber para seguir el primer cara a cara entre los equipos de la Volvo Ocean Race
La Etapa Cero es la primera toma de contacto oficial de los barcos que van a participar en la próxima edición y va a servir para verlos competir cara a cara por primera vez. La etapa en sí misma no va a dar puntos que sirvan para la regata, pero el ganador de la Etapa Cero seguro que arranca con un bonus de confianza sobre el resto. Conrad Colman analiza los puntos clave a los que tenemos que prestar especial atención para seguir esta etapa inaugural.
Análisis de la Etapa Cero
La Etapa Cero se compone de cuatro regatas por separado:
2 de agosto: un intenso sprint de 50 milas alrededor de la isla de Wight.
6 de agosto: salida de la famosa Rolex Fastnet Race, que reúne a muchos de los mejores veleros del planeta en una regata costera de 608 millas que históricamente siempre ha ofrecido una buena dosis de peligro y ha llevado a muchos navegantes a los límites del estrés.
10 de agosto: regata entre Plymouth (Inglaterra) y Saint Malo (Francia). 125 millas.
13 de agosto: regata entre Saint Malo y Lisboa (Portugal). 770 millas.
En estas dos últimas regatas no hay otros barcos que sirvan de distracción, únicamente la flota de monotipos oceánicos más igualada del mundo y la cuenta atrás para la salida de la Volvo Ocean Race del 22 de octubre en Alicante.
Round the Island Race
¿Una regata costera de 50 millas para empezar el mes de agosto con algunos de los mejores regatistas del mundo preparándose para afrontar el recorrido más largo del deporte mundial? OK, seamos honestos; no vamos a aprender mucho en este tramo. No hay mucho en juego competitivamente, con lo que puede ser tentador afirmar que no hay nada que ver aquí, pero tenemos de nuevo bancos de arena, rocas, mareas y… ¿hay alguien que quiera acabar el último en la flota de la Volvo Ocean Race?
La Famosa Fastnet
La cosa se pone seria. La Rolex Fastnet Race congrega a la mayor flota oceánica del mundo de la vela, y puede transcurrir de dos formas. Una depresión tardía veraniega puede venir del Atlántico y estrellarse contra la flota tal y como sucedió en la desgraciadamente famosa edición de 1979, o bien puede haber calmas que obliguen a los barcos a acercarse a la costa inglesa para buscar la más mínima racha mientras las mareas les impulsan de forma circular.
La serie de bahías y promontorios que salpican la costa del sur de Inglaterra hace que la primera parte del recorrido sea como navegar sobre el filo de una sierra, en el que los puntos más cercanos al Canal de la Mancha concentran y aceleran las mareas. Los barcos que lo hacen en el momento justo obtienen un impulso extra, y el resto son castigados a luchar contra la corriente. En una flota tan igualada como la de la Volvo Ocean Race, pasar un cabo 10 minutos después que un rival te puede costar una hora de diferencia al final. Aunque la Fastnet no cuenta para la puntuación de la regata, el patrón del MAPFRE, Xabi Fernández, confirma que en su barco no se va a dormir mucho. “Una regata de 600 millas como la Fastnet no es muy relevante de cara a la competición real, pero siempre es bueno navegar con toda la tripulación. Va a haber muchas maniobras y van a pasar muchas cosas. Va a ser un buen entrenamiento y nos lo vamos a tomar muy en serio”, explica.
Hay que tener mucho cuidado con el recorrido en torno al cabo Land’s End, ya que una fuerte corriente rodea este punto, y hay además un enorme obstáculo en el camino. Los esquemas de separación del tráfico marítimo de la zona actúan como si fuesen carreteras saladas para la navegación comercial y acogen a cientos de enormes barcos de acero. Estas zonas restringidas aparecerán también durante la Volvo Ocean Race, especialmente en el estrecho de Gibraltar, en Hong Kong y en Newport. Esta autopista americana dio un vuelco al liderato en la pasada edición después de que MAPFRE, Team SCA y Dongfeng entraran en la zona prohibida y fuesen penalizados por ello. Ahora es una buena ocasión para ensayar con estas zonas para evitar problemas cuando los puntos entren en juego.
Mientras la costa se deja atrás en el horizonte, los Volvo Ocean 65 irán lanzados por el Mar Celta lo que les permitirá encontrarse con condiciones más oceánicas hasta que echen el freno de mano para rodear la Fastnet Rock. El viento aquí suele venir del oeste, y el recorrido llevará ahora a la flota hacia el este, por lo que tendrán el viento directamente en la popa; un ángulo que las tripulaciones verán constantemente durante su vuelta al mundo.
Desde las rocas a las mareas, pasando por esquemas de separación del tráfico, lo único que podemos asegurar es que los navegantes van a sufrir.
St Malo
Tras dos paradas en Lorient, la Volvo Ocean Race va a visitar otra localidad francesa que vive totalmente entregada a la vela oceánica, St Malo. Es muy conocida por acoger una regata transatlántica en solitario que se celebra cada cuatro años y se llama la Ruta del Ron (sí, es cierto, los navegantes están obsesionados con el mar, la sal y el ron).
Los barcos de la Volvo Ocean Race tienen largas quillas que son muy seguras en los océanos más profundos, pero en 2009 Bouwe Bekking tocó fondo (literalmente) en Taiwan y chocó contra una roca sumergida muy cerca de Gotemburgo. Un antiguo paraíso para los piratas, St Malo también está protegida por una feroz barrera de arrecifes. Hay algunas zonas en las que puedes sentarte en una silla de playa para observar la acción en directo; la flota hará alguna regata Pro-Am con invitados a bordo en este área. Estas regatas pueden ser muy estresantes para las tripulaciones teniendo en cuenta que tienen las quillas recién pintadas y una vuelta al mundo a la vuelta de la esquina..
¿Quién está en forma y quién no?
Los ciclistas cuentan cuántas costillas se les pueden ver a sus rivales para ver si están por debajo de su peso. Los jugadores de fútbol miran si alguien del otro equipo lleva algún tipo de cinta médica que podría significar alguna señal de debilidad. Los regatistas tienen menos elementos en los que fijarse, además de que la forma física es sólo uno de los múltiples factores que se necesitan para que un barco vaya rápido. En la vela, un buen trabajo en equipo cuenta más que la medida de los bíceps, y las fuertes corrientes y los vientos rolones harán más difícil medir la velocidad potencial del barco en condiciones oceánicas reales.
“Para sacar un patrón de rendimiento podría ser un poco engañoso. Todos tenemos velas diferentes para competir. Algunos equipos tenemos velas viejas, otros tienen velas de competición y el resto tiene una combinación de ambas. Yo voy a utilizar la Etapa Cero como un entrenamiento para mi equipo para ver si tenemos a la gente apropiada”, afirma Dee Caffari, patrona del Turn the Tide on Plastic.
Las etapas cortas no permitirán a los equipos ensayar lo que van a ser sus sistemas de guardia, ya que lo lógico es que muchos equipos se tomen un trago de Red Bulll y aprieten todo lo que puedan sabiendo que la llegada no está lejos. La cuarta parte de la Etapa Cero nos ofrecerá probablemente la mejor información sobre quién va más rápido que el resto, ya que al doblar cabo Finisterre, al noroeste de España, el viento local a menudo se acelera antes de que los alisios que bajan por la costa portuguesa den a los equipos una última oportunidad de medir su rendimiento antes de que los barcos lleguen al astillero.
¡A 82 días de la salida, puedo sentir cómo sube la presión!.
Los equipos que ya han confirmado su presencia en la próxima Volvo Ocean Race y que van a competir en la Etapa Cero son el MAPFRE (patroneado por Xabi Fernández), Dongfeng Race Team (Charles Caudrelier), AkzoNobel (Simeon Tienpont), Vestas 11th Hour Racing (Charlie Enright), Team Sun Hung Kai/Scallywag (David Witt), Turn the Tide on Plastic (Dee Caffari) y Team Brunel (Bouwe Bekking).
La tripulación del MAPFRE para esta Etapa Cero es la siguiente: Xabi Fernández (patrón), Joan Vila, Pablo Arrarte, Rob Greenhalgh, Ñeti Cuervas-Mons, Willy Altadill, Blair Tuke, Sophie Ciszek y Támara Echegoyen.
El español Chuny Bermúdez de Castro navegará en el Akzonobel.