Cuesta del Viento, paraíso del windsurf
Después del mediodía, la brisa leve del embalse se transforma en ráfagas que hinchan las velas; también se puede practicar raftingen el río Jáchal
Es difícil imaginar que esta provincia sea la meca de los amantes del deporte de vela. Pero el embalse Cuesta del Viento, con su sol eterno y sus vientos de hasta 80 kilómetros por hora, está allí para probarlo. Este lago artificial de aguas turquesa es uno de los secretos mejor guardados de la región cuyana.
Sólo los mejores windsurfistas saben que, lejos de las rutas del turismo masivo, este lugar es promesa de aventura y adrenalina. Aquí las velas se hinchan como en pocos lugares de América latina y el dato ya ha comenzado a recorrer el mundillo de los entusiastas de la tabla y la vela.
Cuesta del Viento es un punto de atracción turística al que se llega a través de la ruta 40, esa vía magnífica que une los extremos continentales de la Argentina, desde Santa Cruz hasta Jujuy, recorriendo más de 5000 kilómetros.
Desde la capital sanjuanina se llega a este lago artificial recorriendo 160 kilómetros por la 40 hasta la ciudad de San José de Jáchal, y empalmando hacia el Oeste con la RN 150 otros 40 kilómetros hasta la ciudad de Rodeo, en el departamento de Iglesia. La 150 continúa hasta el altísimo Paso Internacional del Agua Negra.
Esta encantadora comarca sobre el paralelo 30 Sur convoca cada vez más a deportistas que encuentran en ella un paraíso del windsurf y del kitesurf, además de un ambiente ideal para la práctica de rafting y mountain bike. La cercanía de las sierras esculpidas por la erosión, un paisaje de aspecto lunar, es foco de atracción de escaladores.
A tan sólo cinco kilómetros del dique está la localidad de Rodeo y sus pintorescas chacras. Allí, y en las vecinas poblaciones de Las Flores, Pismanta e Iglesia se ofrecen servicios de alojamiento para turistas y visitantes, mientras que las orillas del embalse están pobladas de facilidades para los deportistas.
La construcción del dique Cuesta del Viento comenzó a fines de la década del 80, con el objetivo de aprovechar el caudal de deshielo del río Blanco en la generación de energía hidroeléctrica y el riego de cultivos.
El embalse se eleva unos 60 metros sobre el lecho del río y está a unos 1250 m sobre el nivel del mar. Del otro lado del lago, y como si se tratara de una avenida porteña, el río Blanco cambia de nombre y pasa a llamarse Jáchal.
Este río cuenta con rápidos ideales para la práctica del rafting y sus cristalinas aguas turquesa, igual que el lago artificial, contrastan con los sedimentos multicolores de las serranías precordilleranas.
El momento justo
La Cuesta del Viento es un paisaje sobrecogedor que se mantiene en calma hasta el mediodía, cuando la brisa suave gradualmente aumenta su velocidad y se desata como viento fuerte del sudeste entre las 3 y las 5 de la tarde. Este es el momento en que los windsurfistas intentan atrapar las ráfagas de hasta 80 km/h (entre 30 y 40 nudos), deslizándose sobre un oleaje que desprende espuma y un rocío que el viento mantiene en el aire por unos segundos.
En esas horas los windsurfistas expertos apuntan sus tablas hacia lo que llaman la panza del monstruo , el lugar donde el río Blanco desemboca en el embalse y forma rompientes de una altura inconcebible para un lago.
La fuente de la fortaleza de los vientos en esta zona son los cerros cercanos que actúan como un embudo para las corrientes de aire, las planicies se recalientan con un sol implacable y el viento fluye desatado hasta que la naturaleza misma restablece el equilibrio al caer el sol y bajar las temperaturas.
La regularidad de estos vientos intensos es una de las claves en este deporte. Y el mal tiempo, con días lluviosos o grises, es prácticamente desconocido en esta parte del país. La temporada propicia para los más audaces se extiende entre octubre y abril. En los meses fríos es frecuente el viento zonda, que alcanza intensidades muy fuertes y que sopla en la dirección contraria al viento usualmente reinante, del Sudeste. Pero también los principiantes tienen su oportunidad en bahías tranquilas con aguas mansas y playas de arena.
Datos útiles
Cómo llegar
Cuesta del Viento es un embalse artificial con forma de delta, con casi siete kilómetros en su eje mayor.
Desde Buenos Aires se llega por avión a San Juan y desde aquí por ruta 40 pavimentada hasta Jáchal, 160 kilómetros, y de esta localidad otros 40 kilómetros hasta el pueblo de Rodeo por la ruta nacional 150.
También se puede partir en automóvil desde Buenos Aires por la RN 8 hasta San Luis y de aquí por las RN 147 y 20 vía Encon hasta San Juan, y de ahí otro micro hasta la localidad de Jáchal.
Hay también frecuentes servicios de ómnibus a San Juan.
Dónde alojarse
La hotelería en las cercanías del embalse es buena y variada: hay alojamiento en todos los pueblos cercanos: Iglesia, Las Flores, Pismanta, Rodeo y Jáchal.
Más información
www.turismo.sanjuan.gov.ar