San Isidro: renovarán el puerto con un parque público
El gobierno bonaerense cedió al municipio la administración; habrá un paseo recreativo alrededor del canal.
El puerto de San Isidro dejará de ser ese lugar triste y gris que sólo se reanima cuando los bares linderos le ponen música al atardecer. Después de años de idas y venidas con el gobierno provincial por cuestiones de jurisdicción, que propiciaron un estado de total abandono en la zona, el municipio obtuvo el derecho para administrar el puerto y anunció que creará allí un parque público de siete hectáreas donde predominará el verde y habrá ciclovías y espacios para actividades culturales y deportivas. El nuevo paseo rodeará la bahía.
Parte del proceso implicará la reubicación de 24 familias que residen en los alrededores del puerto; la mayoría de ellas lleva varios años de una ocupación ilegal y en condiciones de pobreza.
Uno de los viejos silos que custodian impávidos el amarradero funciona hoy como terminal de dos líneas de colectivos urbanos: esa situación también desaparecerá con la intervención comunal, indicaron fuentes oficiales.
“Después de trabajar en equipo, se firmó un acta con la gobernadora María Eugenia Vidal en la que la provincia le transfiere a nuestro municipio la responsabilidad de administrar el puerto. Hasta que eso no ocurrió, no podíamos hacer nada en el lugar; sólo patrullarlo por seguridad. Por eso hoy está como se ve”, dijo Gustavo Posse, intendente de San Isidro.
La primera impresión que se lleva una persona respecto de la ribera en el Bajo San Isidro, a menos de 10 cuadras de la Catedral y del centro, no es para nada atractiva. La suciedad se adueñó de los pocos espacios verdes que existen. Las escalinatas que bajan al canal están deterioradas; aun si se encontraran en buenas condiciones, tampoco sería muy agradable sentarse en ellas. Sobre el agua flotan residuos; debajo, asoman viejas embarcaciones hundidas y oxidadas. El estado de las calles también es deficiente.
El abandono del puerto movilizó a los vecinos, que por años lo denunciaron y se mostraron preocupados por la proliferación de casillas que ocupan el terreno ilegalmente. También hay gente que vive en condiciones insalubres en las tolvas de arena. Según Posse, se alcanzó un consenso con las 24 familias involucradas. “Serán reubicadas en viviendas que estamos construyendo en otra zona de San Isidro”, dijo.
Uno de los silos funciona como terminal de la línea 333 y de uno de los ramales de la 168. Los trabajadores contaron que “hace mucho tiempo” que fueron ubicados allí. Aunque estaban al tanto de la futura obra del parque, dijeron que aún no sabían cuál será el destino de la estación cabecera. En rigor, el proyecto todavía no tiene detalles, ni plazos ni presupuesto.
Según el acta de traspaso, hay que analizar cuál será el futuro de los viejos silos. Después de años sin mantenimiento, es preciso establecer mediante un estudio si deben ser derrumbados o si pueden ser reciclados para alguna actividad artística, explicó el intendente.
De acuerdo con los primeros lineamientos del proyecto denominado Parque Público del Puerto, el objetivo es crear un paseo que rodee el borde costero, con la inclusión de ciclovías y sendas aeróbicas; habrá sectores de esparcimiento para niños y espacios para actividades deportivas y culturales. Por la noche, permanecerá cerrado para evitar intrusiones o vandalismo. Sólo quedaría abierto el camino por Gaetán Gutiérrez, acceso a más de cinco clubes náuticos.
Para determinar el uso de cada uno de los sectores del futuro parque, la municipalidad indicó que convocará a la participación de los vecinos. El gobierno bonaerense también intervendrá en el proyecto. Como el lugar se encuentra próximo al polo gastronómico del Bajo, se aclaró, “no está prevista ninguna actividad comercial privada” dentro del nuevo predio. Mientras, comenzaron tareas de limpieza, iluminación y bacheo.
En efecto, uno de los factores que mantienen con vida la zona es la oferta gastronómica que creció en la calle Tiscornia y alrededores. “Si se mejora el espacio público seguro va a atraer más gente y va a tener aún más onda”, aseguró entusiasmado Pablo Casorati, dueño del local de comidas Sauzalito, situado frente al puerto. Para Alejandro, vecino de la zona, se trata de “una buena idea”, pero pidió que haya controles y que se mantenga la tranquilidad del lugar.