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76ª ROLEX SYDNEY HOBART

 ROLEX SYDNEY HOBART

La regata oceánica más importante del Hemisferio Sur contará en su 76ª edición con cerca de un centenar de embarcaciones, una flota eminentemente australiana por las restricciones de entrada al país asociadas a la pandemia. Por delante les espera el legendario recorrido de 628 millas náuticas desde Sídney hasta Hobart y un parte meteorológico que añade incertidumbre y emoción a la lucha por el título. El TP52 Ichi Ban busca una histórica tercera victoria absoluta después de haberse impuesto en dos de las tres últimas ediciones. La salida se celebrará el domingo, 26 de diciembre.

A lo largo de sus tres cuartos de siglo de historia, la Rolex Sydney Hobart ha sabido labrarse una reputación que trasciende los límites tradicionales del deporte de la vela. Alrededor de 60.000 navegantes y 7.000 barcos han participado desde su creación en 1945 atraídos por la magnitud e imprevisibilidad de un desafío que exige dotes extraordinarias de arrojo, marinería, resistencia y concentración. Esa habilidad para poner a prueba los límites de la capacidad humana despertó el interés de Rolex, que en 2002 incorporó la regata a su extenso dossier de eventos náuticos, un deporte que apoya incondicionalmente desde hace más de seis décadas. Hoy, la Rolex Sydney Hobart comparte patrocinador principal con otros dos referentes de la exclusiva liga de las regatas de 600 millas: la Rolex Fastnet Race (entre Inglaterra y Francia) y la Rolex Middle Sea Race (en Malta).

Los aspirantes tomarán la salida en la bahía de Sídney el próximo domingo, 26 de diciembre, el conocido como Boxing Day. La Rolex Sydney Hobart es una imprescindible del verano austral y es seguida en directo literalmente por todo el país, tanto a través de la retransmisión en vivo por televisión nacional como en la propia bahía, que se llena de barcos de espectadores y público en la costa para despedir a los participantes. Dos iconos australianos ejercen de excepcional telón de fondo para el espectáculo de la salida: la Ópera de Sídney y el Harbour Bridge, el imponente puente de acero desde el que se lanzan los fuegos artificiales cada Nochevieja.


628 millas de leyenda

Tras abandonar Sídney, la flota pone rumbo sur por la costa de Nueva Gales del Sur antes de cruzar el Estrecho de Bass para afrontar la costa oriental de Tasmania, la temible Bahía de las Tormentas y el tramo final de 12 millas náuticas (22 km) en el a menudo decisivo, y a veces cruel, río Derwent, antes de terminar en Hobart. Lleguen a la hora que lleguen, siempre hay público esperando para rendir homenaje a las tripulaciones. Los barcos más rápidos invierten apenas dos días en completar las 628 millas náuticas de recorrido (1.163 kilómetros), pero el grueso de la flota pasa de cuatro a cinco días en el mar, un considerable esfuerzo físico y mental.

El embajador Rolex Sir Ben Ainslie, cuatro veces campeón olímpico y timonel del equipo británico de SailGP, recuerda lo que aprendió compitiendo en la Rolex Sydney Hobart: “La experiencia me permitió apreciar la destreza en la navegación y la camaradería inherentes a las regatas oceánicas, especialmente en el caso de los barcos de tripulaciones amateur, que tardan dos o tres veces más y no son tan cómodos como los maxis. Una parte interesante de estas regatas es el hecho de que las reglas de hándicap permiten que, sea cual sea el tamaño de la embarcación, todo el mundo tiene una oportunidad de ganar. La meteorología juega un papel importante, pero los barcos más pequeños suelen ganar a los profesionales”.


Grandes y pequeños, modernos y antiguos

Aunque son los más rápidos supermaxis los que suelen acaparar las portadas, la flota de la Rolex Sydney Hobart es muy heterogénea. Este año, el rango de esloras abarca desde los 100 pies (30,5 metros) de los más grandes hasta los 30,2 pies (9,2 metros) del más pequeño, el Gun Runner de Murray Stewart. También conviven las embarcaciones más modernas y avanzadas con otras más modestas y vetustas: El barco más veterano en esta ocasión es el 36 pies Solveig de Annie Lawrence, botado en 1950 y vencedor de la regata en 1954.

Ganar la general tras la corrección de tiempos y conseguir la codiciada Copa Tattersall garantiza un lugar en la historia de la vela. El Ichi Ban de Matt Allen lo logró en dos de las tres últimas ediciones, en 2017 y 2019, y este año regresa con intención de lograr una gesta que sólo han conseguido dos barcos: Freya (ganador en 1963, 1964 y 1965) y Love & War (1974, 1978 y 2006). Allen, antiguo Comodoro del CYCA, pasó décadas intentando ganar la prueba como patrón. Su historia es una muestra de persistencia, del tiempo que requiere adquirir la experiencia y los conocimientos necesarios para triunfar. En 2019, tras imponerse en su 30ª participación, comentó: “A lo largo de los años he visto participar a barcos increíbles, pero son en realidad las personas las que hacen de esta regata y de las regatas oceánicas lo que son”.

¿Quién será el más rápido?
La batalla por la victoria en tiempo real será a priori un pulso entre los tres supermaxis de 100 pies participantes: el local Law Connect de Christian Beck (ganador como Perpetual Loyal en 2016), el monegasco Black Jack de Peter Harburg (ganador como Alfa Romeo en 2009) y el hongkonés SHK Scallywag 100 de Seng Huang Lee, dos de los tres barcos extranjeros de esta edición junto al británico Maverick 49 de Quentin Stewart. Por popa de los más rápidos se espera una intensa batalla entre los barcos de media eslora, raza a la que pertenecen serios aspirantes como el R&P 66 Alive de Philip Turner (campeón absoluto de 2018), el R&P 69 Monneypenny del legendario Sean Langman, el JV62 Whisper de David Griffith o el Volvo 70 Willow de Jim Cooney. Cooney estableció en 2017 el actual récord de la regata en 33 horas, 15 minutos y 24 segundos, aunque entonces como armador del rapidísimo Comanche.

Hasta 1999 nadie había logrado llegar a Hobart en menos de dos días, pero los ganadores de las cuatro últimas ediciones completaron el recorrido en menos de 48 horas. De acuerdo con la última previsión meteorológica del Bureau of Meteorology de New South Wales, una serie de transiciones condicionará el ritmo de la flota de camino a Hobart, lo que aporta un extra de incertidumbre al siempre imprevisible recorrido australiano. Las últimas apuestas apuntan a que los barcos de pequeña eslora podrían convertirse en favoritos a la victoria final.

La salida de la 76ª Rolex Sydney Hobart se celebrará a las 13:00h del próximo domingo (hora local, 3:00h de la madrugada en la España peninsular). Será retransmitida en directo a través de la web oficial de la regata, www.rolexsydneyhobart.com

 

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