Hace 48 años zarpaba “la balsa del sexo” con 11 personas: uno de los experimentos más locos de la historia
La expedición salió de La Palmas rumbo a México el 13 de mayo de 1973 con once personas desconocidas de once nacionalidades distintas y de cuatro continentes.
El experimento, llamado Acali, quería analizar la situación de las personas, en situaciones límite.
Se buscaba teorizar sobre las conductas y la violencia entre un grupo de personas expuestas a la inestabilidad del mar.
La prensa lo denominó como el barco del sexo.
Al frente del experimento estaba el investigador y antropólogo Santiago Genovés, que formó parte de la tripulación del explorador Thor Heyerdahl.
La embarcación a vela creada por Santiago, llevaba 5 toneladas de alimentos y agua en sus siete metros de manga por 12 metros de eslora.
El investigador conocía como las respuestas en situaciones límite por su experiencia en el Pacífico con Heyerdahl al tratar de demostrar, en una balsa de troncos, que fueron nativos americanos y no los europeos quienes primero poblaron la Polinesia.
Las necesidades de la tripulación eran visibles. Se buscó que la mayor parte de los participantes estuvieran casados y con hijos menores. Respondieron en la travesía un total de 46 cuestionarios que generó 8.079 respuestas.
El aviso que buscaba a los 5 hombres y 6 mujeres que subirían a la balsa del amor.
Arribaron a Cozumel a los 101 días, y ahí cada viajero fue observado por psiquiatras, psicólogos y médicos.
Estos estudios no darían ningún resultado reseñable. Sin embargo se encontró un «hombre nuevo» que era «libre de ambiciones territoriales y de impulsos agresivos o sádicos».
Tripulaban la balsa: ademas explorador gallego, una mujer sueca, una médico israelí, un fotógrafo japonés, un restaurador griego, un sacerdote de Angola, una norteamericana blanca, una mujer afroamericana, una mujer argelina, un uruguayo y una mujer francesa.
El proyecto despertó la curiosidad pero hubo depresión entre los participantes.
Acali era una pequeña embarcación impulsada únicamente por una vela y quetenía solamente una diminuta cabina en la que todos dormirían y compartirían espacio (medía 4 x 4 metros). Donde en la cabina tenía unas pequeñas bodegas para las pertenencias personales.
El baño: se había construido un acceso anexo a la balsa desde la que debían hacer sus necesidades a la vista del resto de compañeros.
La tripulación: Genovés impuso que una mujer sea la capitana de la balsa.
La capitana sueca generó problemas. Rachida, la mujer argelina, era indisciplinada en sus deberes. La mujer procedente de Francia, Zanotti, era acusada de pasarse el día entero arreglándose, la doctora israelí era responsable de la salud de los pasajeros, y al sacerdote de Angola no le gustaba bañarse y generaba problemas que se resolvieron obligándolo a bañarse tres veces al día.
La travesía, a pesar que decían que era un ambiente liberal, fue un aburrimiento.Era un lugar vacío de camaradería.
En alta mar se produjo un accidente porque se rompió parte del timón.
Pero hubo tres problemas que se resolvieron en votación.
Pasar un día entero desnudos en la balsa. La votación tuvo 6 votos a favor y 5 en contra. Dormir todos juntos. Cuatro a favor, siete en contra.
Crear parejas: Dos a favor, seis en contra y tres abstenciones.
La vida sexual en ese ambiente tan promiscuo no fue lo que la gente se imaginó. Fue pobre y escasa. La intimidad casi no existió.
La barca tenía solamente una diminuta cabina en la que durmieron mezclados los hombres y mujeres.
En el experimento generó el término «Sexflotten».
Sexo hubo.El fotógrafo japonés Yamaki y la estadounidense Mary se encontró muy cerca desde el comienzo y con una gran conexión, y una de las noches surgió la “chispa del amor” entre ambos en el interior de la pequeña cabina. Y el propio Genovés se convirtió en al poco tiempo en íntimo de la francesa Zanotti.
En la 13ª semana en alta mar, las dos mujeres estadounidenses sugirieron que durante un período de cinco noches, a un hombre y auna mujer le permitirieran estar a solas en el interior de la cabina durante una hora.
Sexo hubo, pero no en la proporción que se pensó antes de partir.
Al llegar a la isla de Cozumel, tras 101 días de viaje, cada sujeto fue aislado en cuarentena del resto y vigilados en un hotel para que no salieran. Durante una semana fueron sometidos a una serie de pruebas con psiquiatras, psicólogos y médicos.
El experimento fue profético.
Varias décadas después un productor de televisión recogería ese curioso experimento. Daba comienzo así a los llamados reality shows donde la miseria se pagaba a precio de oro. Nacían el Gran Hermano y sus sucedáneos.