Dura, intensa, y con el triple de millas en el océano Antártico que la edición anterior. Así será la Volvo Ocean Race 2017-18, la vuelta al mundo a vela por equipos que cubrirá la distancia más larga de su historia, cerca de 45.000 millas náuticas -83.000 kilómetros- cruzando cuatro océanos y haciendo escala en 11 ciudades de cinco continentes. No en vano, se trata de la competición deportiva más larga que existe, y una de las más duras.
La Volvo Ocean Race, maratón oceánica con 43 años de historia, en la que participan los mejores navegantes del mundo, y que cruza los océanos más peligrosos del planeta, dará salida en Alicante a finales de 2017 con un sprint de 700 millas náuticas hasta Lisboa, Portugal.
Desde la capital lusitana, la flota pondrá proa al hemisferio Sur en dirección a Ciudad del Cabo, Sudáfrica, segunda escala tras la que les esperan varias semanas épicas en el océano Antártico. Tras atravesar el más inhóspito de los mares, los equipos participantes se dirigirán hacia el Norte, cruzando el Ecuador para echar amarras en Hong Kong SAR (China), meta de la tercera etapa, una de las más largas en la historia de la regata.
Tras una transición no puntuable hasta Guangzhou (China), donde tendrán lugar numerosas actividades como regatas en puerto, la flota volverá a Hong Kong para retomar la competición en una etapa, la cuarta, que les llevará hasta Auckland, Nueva Zelanda. La quinta manga supondrá una nueva incursión en el océano Antártico durante la que tendrán que superar el hito marítimo más famoso y temido de todos, el Cabo de Hornos, tras el cual se dirigirán hacia el Norte por el océano Atlántico hasta Itajaí, Brasil.
A partir de aquí, y como ya sucediera en la edición anterior, los barcos volverán al hemisferio Norte por la costa este de Estados Unidos haciendo escala en Newport, Rhode Island, antes de lanzarse como torpedos a través del Atlántico. Esta mítica sexta etapa les llevará hasta las islas británicas por primera vez en 12 años, concretamente a la ciudad de Cardiff, capital de Gales, en mayo de 2018. A partir de aquí bordearán el extremo norte de Gran Bretaña en una séptima etapa corta pero con potencial de convertirse en una de las más duras, con destino en Gotemburgo, Suecia. La manga final de la edición 2017-18 cubrirá el tramo Gotemburgo- La Haya, en Holanda. A pesar de ser más larga, esta edición será un mes más corta que la anterior. “Más acción, más velocidad, más dureza, y más puertos de escala, pero una regata más corta. Es una evolución en la dirección adecuada y un cambio que retoma los orígenes de la regata y su tradición, mejorando su valor comercial y convirtiéndose en una excelente oportunidad para los patrocinadores”, explica Mark Turner, el nuevo CEO de la Volvo Ocean Race.
Más de 12.500 millas del recorrido tendrán lugar en el gélido océano Antártico, donde se generan algunas de las depresiones meteorológicas más extremas del planeta. Éstas dan lugar a gigantescas olas y vientos que pueden alcanzar los 70 nudos (130 km/h). En la edición anterior, la distancia recorrida en este océano fue de 4.500 millas.
Además, durante la rueda de prensa con motivo del anuncio Turner ha destacado que “en 2017-18 visitaremos algunas de las ciudades más conocidas en el deporte de la vela, como Ciudad del Cabo, Auckland o Newport, pero también nuevos puertos”. “El primero de éstos nuevos destinos es Hong Kong”, añadía, “una ciudad increíble, que acogerá a fans e invitados VIP del Sudeste asiático. Luego Guangzhou, China, en la que será la primera escala de la Volvo Ocean Race en uno de los cuatro grandes puertos del mundo”. La última de las novedades será Cardiff, en tierras británicas, las que vieron nacer a la antecesora de la actual Volvo Ocean Race, la Whitbread Round the World Race, en Portsmouth, en 1973.
Richard Mason, director de operaciones de la regata, espera superar “los 2,4 millones de personas que asistieron a los eventos de las escalas de la Volvo Ocean Race en 2014-15, así como los 70.000 invitados. Para ello haremos la regata y las escalas aún más emocionantes”.
El océano Antártico ha jugado un papel fundamental en la historia de esta mítica vuelta al mundo. Durante los primeros años de la Whitbread Round the World Race la flota se adentraba en él hasta latitudes que le permitían acortar distancias pero en las que encontraban icebergs y vientos huracanados.
Más recientemente se recorrían más millas en el océano Indico, sumergiendo la proa en el Antártico durante una breve etapa en la que rodeaban el Cabo de Hornos.
“La seguridad seguirá siendo prioritaria”, apuntaba Phil Lawrence, el nuevo director de regata. “Con los sistemas de seguimiento de la flota, la comunicación satelital, y detallada información sobre la ruta podemos adelantarnos a la climatología y limitar riesgos”. No negaba que “siempre habrá peligro. Los regatistas saben qué se juegan cuando deciden tomar parte en el Everest de la vela. En eso consiste la Volvo Ocean Race, exponerte a las condiciones más duras de la madre naturaleza